viernes, 20 de junio de 2008

Anell de llum: el anillo toma la calle

La Fura, decidió sacar su anillo a la calle y dar a mostrar a su público y a curiosos lo mejor de las tres primeras partes ya vividas en el interior del teatro. Volvió a ser un espectáculo total, lleno de luz, de color y de aciertos, con la música de Wagner como protagonista: qué bien sonaba, qué fuerte estaba y cómo te hacía vibrar, mientras veías proyectado en el Palau de les Arts las imágenes del teatro en acción. De hecho, no podía quitar el ojo a la pantallita y solo tengo una frase: "Quiero el dvd ya" y por supuesto, también ver el Anillo completo y seguido (a ver si puede ser).
El marco del edificio del Palau de les Arts es idóneo para lo que vimos anoche: las peceras de las hijas del Rin, Wotan y los gigantes, la cabalgata de las Walkirias con el lema "haz la rotondeta y no la guerra", un valiente Sigfried que no conoce el miedo bajando por la pluma del Palau y retando al dragón, y Sigliende, Sigmund y Hunding en el ala que cubre el edificio, haciendo piruetas con la música inicial de Walküre (recordando al lobo huyendo), para finalizar con la cadena de hombre entrelazados que representó al final del Oro del Rin, el Walhall y donde pudimos ver en la pantalla la entrada de los dioses al mismo, recordando uno de los momentos más mágicos vividos en un teatro.


Este Anillo está siendo espectacular ya por sí mismo. Si además se añaden estos grandes espectáculos, todo queda multiplicado en fuerza y emoción. De nuevo solo puedo decir: excelente trabajo de la Fura, y pensar que dudé de cogerme abono con los dos Wagner en la primera temporada por miedo a la Fura (y a la obra, que prácticamente era una desconocida para mí). Anoche la magia se volvió a producir y la luna nos acompañó para vivir una fresca noche de verano muy especial.

jueves, 19 de junio de 2008

Sigfried: la historia continua.


El martes 17 de junio de 2008, decidí continuar la historia wagneriana del Anillo en el Palau de les Arts, tras haber asistido en mayo del año pasado a las dos primeras óperas del ciclo. El nivel había estado muy alto y así continuó con la segunda jornada. La coherencia de estos espectáculos totales es absoluta. Mi butaca de último minuto en Platea Alta, me permitió ver y escuchar el espéctaculo casi desde el mejor sitio de la sala donde mejor se podía percibir.


El nivel escéenico siguió elevado, con un segundo acto encantador y maravilloso, con ese móbil que ya vimos en Walküre haciendo de árbol y una escena simple pero impactante gracias al dragón, que sobrevoló el foso de la orquesta y a los figurantes, que aquí si crearon el efecto deseado. En el primer acto, me gustaron también todos los recuerdos a los dramas anteriores con las imágenes de Sieglinde (madre de Sigfried) y durante las preguntas entre el Caminante (Wotan) y Mime, pero este aspecto de los figurantes, excepto en la forja de la espada, se me escapó: el oso que trae Sigfried, no me gustó para nada, no se entendía lo que era exactamente y los limpiadores pasando con las mopas de vez en cuando, tampoco. El tercer acto, me encantó escénicamente, especialmente las dos primeras escenas y el principio de la tercera: esos viajes por los paisajes montañosos y esa salida de Erda de la tierra, con ese globo terráqueo que ya apareció en Rheingold, y posteriormente la llegada de Sigfried a la roca donde reposa Bruhnilde, para mí fueron momentos de emoción absoluta. Excelente trabajo de la Fura, con Carlus Padrissa a la cabeza.


Musicalmente, el nivel también estuvo muy elevado y siguiendo la idea de sus predecesoras: el Caminante (Wotan) fue de nuevo Juha Uusitalo, que aunque con un comienzo algo dubitativo, o eso me pareció a mí y bastante flojo, en seguida nos transmitió con fuerza y un excelente fraseo, su nuevo peronaje entre el dios y la persona. Fue un Caminante muy creíble. El Sigfried de Leonid Zakhozhaev no tiene la voz apropiada para el rol, pero logra salvar el personaje gracias a la escena y a su preciosa voz de lírico que puede controlar y sobrepasar a la orquesta en la mayoría de los casos. Pero llegó muy fatigado a la escena final con Brühnilde, teniendo que hacer mucha fuerza desde el diafragma y muy apurado para poder acabar el papel dignamente: y lo logró. Ésta, encarnada por Jennifer Wilson, volvió a demostrar que es una Brühnilde excepcional: qué agudos y qué homogeneidad en todo el registro. El Mime de Gerhard Siegel, me pareció estupendo tanto en el nivel escénico como vocal: con una voz clara y sin dificultades ni en el registro ni en salir por encima de la orquesta. El Alberich de Franz-Josef Kapellmann no me entusiasmó en su corto papel: lo vi demasiado forzado en el canto. La Erda de Catherin Wyn-Rogers, fabulosa, con un canto de verdadera emoción coin relación al texto, al contemplar de nuevo el mundo y enterarse de las nuevas traídas por el Caminante. El Fafner de Stephen Milling y el Pájaro de Olga Peretiatko cumplieron sus breves papeles excelentemente, esta última colgada con arneses todo el rato.


La orquesta sigue y esperemos que por mucho, con el elevado nivel que ya demostró durante la primera temporada. Un lujo absoluto, aunque con algunos fallos en el viento metal que en la orquesta del auditorio valenciano no suceden. Zubin Mehta continuó con su visión del Anillo, siempre respetuoso al texto y atendiendo a las necesidades de los cantantes. Conclusión: disfruté como un enano (no como Mime) jajaja.


El año que viene más y esta noche a ver el espectáculo Anell de llum en los exteriores del Palau de les Arts, con partes escénicas y musicales del Oro y Valquiria.

miércoles, 18 de junio de 2008

Gia son qui!!! A lo operístico.


Pues sí, ya llevo unos días en mi ciudad de nacimiento, y han sido días de locura y de no parar. No me ha dado tiempo de escribir y las actividades sociales y culturales que me brinda esta ciudad me han absorbidom además de una audición para una beca para el próximo curso en Bruselas (la aventura continúa) que tuve ayer.


El verano ya está aquí: huele a sol, a playa, a vacaciones (no muchas, que hay estudio y proyectos), a festivales de verano, a perdición, a c's, a San Juan, a pegarse horas primero comiendo, luego cafeteando, luego cenando y luego saliendo de fiesta (en realidad entrando). Estoy por tanto contento de haber vuelto y de reencontrarme con mi familia, mis amigos, mis discos, mi minicadena (qué ganas de escuchar música en condiciones) y con mi blog, el cual ha estado abandonado por no tener pc en Bruselas y por lo cual pido disculpas a todos aquellos que ansiosos mirabais y solo encontrabais la "Chanson triste" que como Dolores dice, no es tan triste: hay esperanza.


Y nada más llegar: comida con los amigos operísticos, el sábado pasado (genial paella y compañía), después de un encuentro de corales en el que participó mi madre y su coro de niños; ese mismo día, fiestorra con fin en la Bounty, pero con decepción al revisitar el Pinball: ¿qué le han hecho a este pub? Pues simplemente destrozarlo. Ahora hay demasiada luz, los muebles en plan futurista no dejan bailar, y el suelo de parquet que consigue que no se rompa ni un vaso ni una botella de cerveza se ve tan limpio que ha perdido el encanto. Eso sí, los baños siguen igual de cutres!!! Pues vaya. Y encima antes de las 2 de la mañana nos estaban echando, por lo cual hubo que encontrar alternativas antes de entrar en el barco... aunque claro, mi compañera y yo estábamos cansados y desentrenados... y no aguantamos más de las 5, como solemos hacer. De todos modos, fue un buen primer comienzo para continuar con las semanas de perdición. Domingo celebración del cumple de mi madre, y luego con papis y bro a PaGAGnini, en el teatro Talía: una crítica a los cuartetos de cuerda y un guiño en plan caricatura a diversos estilos musicales. Un espectáculo para reir y disfrutar, dejándose llevar por el ritmo de Ara Malikyan y el resto de músicos. Lunes, descanso y estudio y por la tarde presentación en el Club Diario Levante del documental "Huelva Flamenca" de mi hermano: Chechu G. Berlanga. Genial, con un ritmo trepidante y unas escenas y fotografías realmente buenas y conseguidas. Si hay próximos pases, avisaré a los interesados. Ayer martes, por fin realicé la audición de la beca por la mañana, que fue muy bien, y espero que me la den, y por la tarde me animé junto con mis padres al Sigfried... con entrada de último minuto de Platea (última fila) el hilo conductor iniciado el año pasado con Rheingold y Die Walküre, llegó a su tercera parte y me pareció fantástico tanto el trabajo musical como el escénico, que ya ampliaré en otra entrada. Y hoy tomando el sol en mi terracita y ordenando mis cd's, muchos de los cuales han viajado conmigo a Bruselas.


Yo ya he empezado el "Perrea Perrea", quien se vaya apuntando a estas míticas semanas inauguradas hace dos años con el Don Giovanni, adelante y a por todas.

jueves, 5 de junio de 2008

Una Walkure de lujo

Gran Teatre del Liceu, 31 de mayo de 2008. DIE WALKURE.

Dia nublado y lluvioso en Barcelona, me dirijo al teatro despues de una tarde rodeado de amigos, y despues de dos viajes en un dia (Bruselas - Valencia, Valencia - Bruselas). Tercera vez que acudo al Liceu y, como se dice, a la tercera va la vencida: sabia, desde que me compre la entrada, que asistiria a una funcion historica, pero nunca imagine lo que iba a vivir dentro del Liceu a nivel emocional y personal: un primer acto de lujo dio el pistoletazo de salida con un trio de artistazos, Domingo, Meier y Pape derrochando todas sus facultades interpretativas encima del escenario, donde lo dieron todo.

Es increible escuchar la voz de Domingo con ese timbre tan claro, brillante y mordiente que no ha perdido nada de calidad a su edad, exceptuando quiza el registro grave, algo mermado por el paso del tiempo (normal). Pero que importaba, en un cantante que nos hizo vibrar y llorar con su emocionante voz y esa presencia escenica y que consiguio que el teatro se viniera abajo. La Meier tuvo uno de sus dias brillantes: agudos en general plenos (como crecia las notas), aunque hubo partes tragadas, el fraseo fue impecable y la intencion de las palabras/musica soberbia, junto con un control casi total de todo el registro. Magistral. El lujo de Pape como Hunding, con una voz clara, que corre excelentemente y grande, hizo que el primer acto consiguiera un nivel excepcional. La tension musical y dramatica con la culminacion del amor entre los gemelos consiguio que al acabar este primer acto, llorase de emocion como jamas me habia sucedido en un espectaculo.

El segundo y tercer actos continuaron con un buen nivel con una excelente Fricka: Jane Henschel que cumplio estupendamente su corto papel. Un buen Wotan: Alan Held que fue creciendose hasta llegar a un final del tercer acto muy emocionante a nivel interpretativo, junto con la Bruhnnilde de Evelyn Herlitzius. Ella, en un principio no me convencio para nada, y tecnicamente tiene cosas por resolver para interpretar el rol, pero dramatica y musicalmente su cometido fue excelente y fue creciendose tambien. El resto de Walkiryas cumplieron a un excelente nivel su nada facil papel en la opera.

La orquesta sinfonica del teatro cumplio y acompanyo pero me falto mas calidad a todos los niveles; tiene un sonido a banda que me resulta bastante desagradable y no brilla nunca. Me falto mas presencia en ciertos pasajes y menos problemas tecnicos por parte de los vientos y de afinacion y conjunto en la cuerda. Tambien falta sentido musical y fraseo en el foso: no se si parte de culpa la tiene el director musical, Sebastian Weigle o no se le puede pedir ni sacar mas a la orquesta del Liceu, que necesita una renovacion o algun tipo de motivacion.

En definitiva, una noche inolvidable en la que el teatro, repito, se vino abajo y yo vivi y recorde la Walkure del Palau de les Arts escenicamente (pues la de Barcelona fue en concierto), y me emocione de sentir esta musica con estos grandes cantantes...

Estas palabras son poco para reflejar una noche historica en el Gran Teatre del Liceu de Barcelona.